Análisis – Silent Hill

Título: Silent Hill
Desarrollador: Team Silent
Plataforma: PlayStation
Género: Survival Horror
Año de lanzamiento: 1999

Existen juegos que han sido capaces de marcar un antes y un después, juegos que se han quedado grabados a fuego en la memoria de aquellos que tuvieron la oportunidad de jugarlos en su momento. Joyas revolucionarias como Half-LifeFinal Fantasy VIISilent Hill. Siempre me había considerado más fan de Resident Evil en esa lucha que existe entre ambas franquicias hasta que en enero de 2010 pude hincarle el diente al fabuloso y siempre menospreciado Silent Hill: Homecoming. Sus gráficos, su ambientación y sobre todo su historia me cautivaron como pocos juegos lo habían logrado hasta la fecha.

Desde que me lo pasé necesité más, y poco a poco (creo que ya lo he contado) han ido cayendo todos los de la saga: Desde los títulos numerados hasta los fantásticos Shattered MemoriesDownpour y Origins. Ya hablé aquí de Silent Hill 2 cuando me lo pasé. Y desde entonces solo quedaba un título: El primero. Me lo compré hace casi dos años y no ha sido hasta enero de este año, en una suerte de décimo aniversario personal, que he podido jugarlo. Sí amigos: Rescaté del armario mi grisácea PlayStation, conecté el mando, la Memory Card, introduje el disco y crucé los dedos para que lo leyera.

Silent Hill 1 TV 1
Sí amigos, ¡esa es mi tele!

Cuando lo hizo, y tras el pasar de las horas, estaba cautivado como pocos juegos de la época, con permiso del fabuloso Planescape Torment (Análisis), han sido capaces de hacerlo. Y lo que más me sorprende es que la manera en que he disfrutado de esta saga, comenzando por el que en su momento era el último título. Al haber continuado mi camino en una suerte de retrospección he podido ver cómo lo que me gustó de Homecoming era una constante en la mayoría de títulos: Un mundo abierto, misterioso, lleno de peligros, con una atmósfera melancólica y terrorífica que te atrapa desde el primer momento; pero también una historia cuidadísima hasta el más mínimo detalle, un sistema de combate desafiante, una música brillante y unos gráficos que siempre han sabido aprovechar las capacidades técnicas de la consola.

En el caso de este primer Silent Hill no puedo hacer otra cosa que descubrirme ante ellos. En una época donde los videojuegos apenas eran tomados en serio, Team Silent optó por hacerlo, por presentar una historia adulta, seria y trabajada. No fue el primer juego en hacerlo, es verdad, pero lo hizo. Donde más destaca Silent Hill  y creo que debe considerarse incluso como una lección de vida, es que no se detuvo ante las adversidades. ¿Que la PlayStation no es capaz de renderizar a más de unos metros del personaje? Pues ponemos niebla. Por ejemplo.

Silent Hill 1
Esta imagen como las siguientes las he sacado de la red así que la calidad va a variar.

Sin embargo no es fácil analizar a día de hoy un juego como este, porque hay que tener en cuenta muchos factores. Si este juego hubiera salido hoy, debo decir que me sentiría obligado a restarle puntos por el control. Y es que con el dualshock se me ha hecho casi imposible manejar a Harry, el protagonista. Salvo en lugares abiertos donde sabía que debía recorrer una larga distancia, optaba por moverlo con la cruceta. Y joder, no podéis ni imaginar cómo ha mejorado Sony la ergonomía de sus mandos los que criticáis su falta de originalidad en los diseños.

Aun así, esperaba encontrarme con un título mucho más complicado. He jugado en Normal si no me falla la memoria (desde luego no he tocado la dificultad máxima) y he podido enfrentarme a un buen desafío sin dejar de disfrutar de la historia. Esta es muy sencilla a priori: Harry va de vacaciones con su hija Cheryl a Silent Hill, un pequeño pueblo estadounidense. Justo cuando están llegando, una extraña figura se cruza en su camino y sufren un accidente de tráfico en el que Harry pierde el sentido. Al despertar, descubre que su hija no está y le tocará buscarla en un pueblo fantasma poblado por criaturas de pesadilla.

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Los horrores  que aguarda Silent Hill no son para todos los estómagos.

Son muchas las referencias que tiene este juego tanto a la literatura clásica de terror como al cine. La muestra más visible son los nombres de las calles, pero va más allá. Que cada criatura a la que nos enfrentamos, que cada localización que visitemos tengan un significado propio dentro de la psicología del protagonista es solo la punta del iceberg que representa la profundidad que siempre ha caracterizado a esta serie. Al igual que ocurre con el Hotel Overlook de la novela El Resplandor, Silent Hill se siente como un ente vivo y demoníaco que (y aquí ya diferimos de la novela de King) atrapa a la gente para castigarla. Pocos sobreviven a Silent Hill. Ahora bien, ¿por qué Harry? ¿Por qué el pueblo actúa así? ¿Dónde están los habitantes? Todas esas dudas requieren de unas cuantas horas de exploración y de lectura para llegar a comprenderlo. Quién sabe, quizás un día escriba un artículo sobre las bondades de este precioso pueblo a orillas del lago Toluka.

Pero volvamos a lo que es el juego en sí. No tengo quejas, ni una. Estamos ante una joya perfecta, atemporal, que sabe aguantar el tipo. Sabéis que yo no me deshago en alabanzas ante obras de culto, y no me ha temblado el pulso a la hora de criticar Final Fantasy VII ante su grotesco apartado visual. Los dos únicos peros que he encontrado en Silent Hill son su control, que en ocasiones resulta molesto y la traducción. El tema de la jugabilidad no me parece motivo para rebajarle la nota, sería como criticar al Ferrari 250GTO por no tener dirección asistida. Al igual que la leyenda de Maranello, Silent Hill viene de otra época. Lo mismo pasa con la traducción. Hay partes del menú que están en inglés, hay subtítulos que están mal, y me suena que ciertas traducciones no correspondían con los diálogos. Sí, a día de hoy es imperdonable. ¿Pero un juego de nicho que en 1999 venía al español? Si eso no es para tirar cohetes que baje Dios y lo vea.

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«La niebla» de Stephen King es una de las fuentes de inspiración originales.

Me ha sorprendido mucho ver cómo todo lo que hace grande a la saga, todo lo que me hizo disfrutar como loco de Silent Hill 234OriginsHomecomingDownpour… Está ahí. Muchas veces cuando uno toma el primer juego de una saga siente este como una beta frente a sus continuaciones. Me viene a la mente Demon’s Souls frente a Dark Souls. En parte esperaba encontrarme algo similar aquí, y no se ha dado el caso. Silent Hill es un título hecho que da un golpe sobre la mesa. Me encanta su sistema de combate, que puedas elegir entre armas de fuego o arriesgarte con armas blancas. Es algo que no se ve en otros survival y me parece un acierto porque ofrece mayor libertad a la hora de la toma de decisiones referentes a la gestión de tus recursos.

Sí, en Resident Evil tenemos el cuchillo. Pero en lo personal no me parece un arma útil a no ser que seas un enfermo y te hayas pasado el juego cuarenta veces antes. Sí, es posible terminarlo con el cuchillo pero buena suerte con ello. Silent Hill no solo te ofrece una variedad de armas decente, sino que cada enemigo es más vulnerable a unas u otras. Esto no se explica, pero está ahí. Hay enemigos más rápidos contra los que compensa usar armas de fuego mientras que hay enemigos más lentos (pero más duros) contra los que quizás prefieras utilizar un arma blanca.

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Los escenarios cerrados son terriblemente claustrofóbicos.

¿La ambientación? Aguanta el tipo 21 años después. La escuela de primaria, el hospital y las calles del pueblo (entre otros sitios) siguen poniendo los pelos de punta. El uso de la oscuridad, el sistema de iluminación, el silencio y los ruidos… Todo hace un contraste maravilloso que hace que estés en tensión casi siempre. Si no oyes nada lo estás porque esperas el momento en que algo suene retorciéndose a la vuelta de la esquina. Si lo oyes, estás en tensión porque no sabes lo que te aguarda. Lo mismo pasa con la luz y la oscuridad. Si no ves nada, temes lo que pueda estar acechando; pero si alumbras con la linterna y lo ves, te toca enfrentarte a ello. Y eso es maravilloso. Y te atrapa.

Si tenéis la oportunidad de jugar a Silent Hill, que no os eche para atrás los años que tiene. Es un clásico con todas la de la ley, un título con una historia profunda, cautivadora, y maravillosamente perturbadora. A día de hoy es difícil de conseguir ya que no está disponible en la PS Store. Podéis tirar de emulador o con una PSP pirateada. Yo sin embargo os recomiendo que consigáis una PlayStation, una copia original, enchuféis todo y os dejéis llevar de la mano al Silent Hill original.

10/10

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